El otro día por casualidad rebuscando en mi estantería volvio a caer en mis mano este relato que tengo desde hace un monton de años y al volverlo a leer me parecio tan real, senti tan reflejada una etapa de mi vida que pensé que sería bueno compartirlo con vosotras . Seguro, muchas de nosotras entendemos bien los sentimientos que se desprende de esta historia, y que tire la primera piedra la que nunca a vivido en la nostalgia de momentos de nuestras vidas que no volverán, quizá, a juntarse otra vez.
Un besazo a todas y espero que os guste:
Ahora, urgentes palabras te escribo, Pablo, para recordarte entrando en mi vida, para pensar en ti. Tú, conociendo por primera vez el cuerpo de una mujer, tocando y deseando el sudor de todos mis rincones. "nada que detenga al loco amor" murmuraste alguna vez cuando empezabas una caricia.
Estoy sentada frente a la mesita donde comíamos mientras observo con mirada perdida una de las ventanas sucias de la pequeña habitación. A través de la ventana comienzo a recordar el pasado: me veo respondiendo una llamada de télefono que ha interrumpido nuestros juegos de amor. Tú estás detrás de mí mientras yo hablo con alguién. Estamos desnudos. Siento tus manos por mi espalda y reconozco tu boca que me besa lentamente en los hombros y por ambos lados del cuello. Un grito me sube por la garganta, lo aprieto con mis dientes y mi lengua consigo dominarlo, suelto un poco de aire, respiro, respondo a quién está al otro lado de la línea, la llamada se agota como un chubasco, cierro y me volteo hacia ti.
A pesar del estado en que estoy, puedo recordarte. Más aún, puedo escuchar en la radio y leer en el periodico noticias sobre ti. Una de las fotos recoge el momento en que sales del mar tomando de la mano a Nelly, luces alto, atletico y muy seguro de ti mismo. Ella es bella, muy bella: la fotografia permite adivinar su cuerpo juvenil y perfecto.En otra de las imagenes te ves trabajando en una silla de la terraza de tu casa( y no la nuestra, no en nuestra casa) .Tu rostro luce agotado, tus ojos están tensos y muy abiertos, tal vez estás alegre.
Yo también he realizado un esfuerzo por encauzar mi vida, por llenarla con esos colores que permite la acuarela, por trabajar, como tú lo haces cada día en tu silla de la terraza. Pero mis fantasías y deliríos no pueden ser leidos por alguién, al menos, no pueden ser leídos por quíen yo quisiera verdaderamente que lo hiciera.
En medio de las habitaciones de mi casa, me afano en las mañanas, las tardes, algunas noches y algunas madrugadas, escribiendo sobre mi primer amor, que fuiste tú, Pablo. Fue una lastima que todo terminara tan desfavorablemente. Tú no podias creerlo. Pero me cansaste, me hartaste con tus discusiones absurdas, con tus recriminaciones frente a los demás.
En fin, ella está en tu vida y yo me encuentro tan lejos de todo, escribiendote cartas de amor a toda hora, cartas en que te propongo que volvamos a estar juntos, que volvamos a nuestros juegos, que tu seas el nueve y yo el seis, no, es mejor que sea al revés: que tu seas el seis y yo el nueve.
Pero no regresas, no me llamas, no pasas ni siquiera a saludarme en el día de mi cumpleaños, ni me envías una nota, nada. Si pudiera hacer algo para que regresaras, para que tocaras a la puerta de mi casa- así como imagino que lo haces ahora en medio de las tinieblas de mis deseos. Pero todo tiene el sabor de lo perdido, de lo inutil, de la separación.
Como si se tratara de un tubo de agua, de un túnel, la ventana la devuelve al presente. La impotencia muerde sus sentidos con los objetos de siempre: la mesita sencilla, sin labrar, llena de platos y restos de comida, de vasos con jugos calientes y descompuestos.
A su espalda se encuentra la cocina de la provienen esencias de limón y lavanda, tersas y penetrantes como las sales del mar.Ella se levanta de la mesita y ya en la cocina, se dispone hacer café. Necesita tener la cabeza despejada para terminar con sus obligaciones del día. Colocá la taza con el plato y la cucharilla sobre la bandeja, pone esta sobre un mueble y espera que sean la seis de la tarde de este día para que su esposo regrese a sus brazos, a los brazos de quién siempre la espera, al cuerpo de su amor, definitivo como un mal presagio.
Y ya no hay restos de cartas, ni viejo amor, ni siquiera pedazos de sus instantes, todo pertenece a otro espacio, a otro tiempo, todo ya fue y no es y no será en algún momento.
Ha guardado los frutos de su debilidad, ha ocultado las evidencias, ha escondido las imagenes que llenan líneas y hojas y varios cuadernos y se ha sentado a esperar que sea la hora en que él abre la puerta y la besa y la hace olvidar al otro, al primero, que continua viviendo dentro de ella sin que él pueda saberlo.

Pablo Jorge Mustonen
2 comentarios:
es chulisimo gorda¡¡¡¡
muy tuyo sin duda...
muaaaak
Quería agradecerles, desde hace mucho tiempo, que hayan colgado el cuento "Noticias de ti" en la página de: "No somos geishas". Una gran alegría, en verdad.
Les enviaré un poema de e.e. cummings; se llama: "oriental". es un bombazo!
Saludos de pablo jorge mustonen
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