martes, 6 de marzo de 2007

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Llevo una semana hablándole mal, con rudeza mi intención es que se enfade que me mande a la mierda por gilipollas que se vaya del apartamento pero no ha habido forma incluso ha comenzado a hacerse la simpática ha comenzado a tragarse mi semen pero ya es demasiado tarde ahora, mientras traga el semen, pienso que es una guarra estúpida.
La miro voy a dejarla me da pena, me da una pena tremenda, dejó su país para vivir conmigo soy un cabrón... pienso, estos instantes previos representan la crueldad del conocimiento es decir: ella ahora se encuentra en el salón de cuclillas buscando un CD de su música de mierda y yo estoy de píe delante de ella sosteniendo en mis labios una información que va a cambiar su vida estoy esperando el momento en que decírselo es injusto que el conocimiento de la verdad la posea un solo individuo y también pienso en el apartamento, el apartamento va a sufrir una metamorfosis, se va a convertir en un lugar diferente, por ejemplo, el lavamanos ya no será el lugar donde ella se agarra mientras yo se la meto desde atrás, ahora el lavamanos será un lugar donde observar si el otro se ha cepillado los dientes o si he dejado pelitos tras depilarse las cejas o afeitarme (cada día, nada más levantarme, me afeitaba para que no me viera la barba y así parecer más joven).
-Tengo algo que decirte –anuncio en inglés.
Ella me mira, no advierte la gravedad con la que he entonado la frase. Yo esperaba que, esta frase abriera el camino, incluso que me ahorrara el discurso de adiós my baby.
Pero no.
Mi corazón comienza a galopar. Me siento un asesino, un violador, un insensible, me da igual, quiero librarme de ella, lo único que quiero es dejarla de ver para siempre.Me importa una mierda lo que le pase después, quiero sacar su culo pecoso (ese culo pecoso que antes me volvía loco) de mi apartamento cuanto antes. Así que decido hablar de corrido: soltar la frase casi sin respirar, me gustaría decírselo de la manera que menos le duela, por eso me sale una sonrisa estúpida amarrada a mis palabras:
-Me he dado cuenta que no te quiero.
Ella escucha la frase, pero también observa mi sonrisa, piensa que estoy de broma, sonríe, divertida: este Sigmundo siempre de coña.
-No es broma –insisto- Me he dado cuenta que no te quiero. Todo esto ha sido un grave error. Te pido perdón. Pero es que yo no sabía, no podía ni imaginar...
(La turista pelirroja ha dejado de sonreír. Comienza a encajar en su mente el significado de mis palabras, su tez comienza a sonrojarse, sus ojos tiemblan mientras observa como suelto el discursito)
-...no sé que diablos pasó, lo que sí sé es que al principio hubiera muerto por ti, pero de pronto todo pasó. Te veo y no siento amor, y no creo que tú quieras vivir con una persona que no te ame...
-¿No me amas? -pregunta ella.
(qué pregunta más dura)
-No -contesto: me acobardo, esquivo su mirada, tiro mi mirada al suelo.
-Pero ayer, antes de follar me dijiste que me amabas.
-No. No. No es posible... y si lo dije era porque estaba cachondo ¡Yo qué sé lo que digo cuando estoy cachondo!
(me empiezo a poner aun más nervioso, me entran unas enormes ganas de llorar, pero logro controlarme. Resultaría demasiado patético que yo me pusiera a llorar, desvarió... pienso en confesar):
...es que soy un niñato. ¿sabes?, estaba cegado porque por fin había llegado el sexo a mi vida, porque yo antes follaba muy poco. Veía mi polla metiéndotela y me parecía un milagro, me gustaba mirar mi polla cuando estaba dentro de ti, y de pronto llegaste tú, con tus mamadas y el chocho dispuesto las 24 horas. Pero ahora ya hemos follado, ya me he corrido demasiadas veces en tu boca, y te he mirado sin deseo, y lo que he visto me da realmente asco, es que no aportas nada más, y me he dado cuenta que no te quiero. Deberíamos haber estado follando un mes, decidir tras eso, cuando el deseo no me afectara a la razón. También he tardado tanto en conseguir reunir fuerzas para dejarte porque aun no me había corrido muchas veces en tu boca, sólo me quedo con las ganas de haberme corrido dentro de ti sin preservativo. Supongo que dentro de un mes o dos me masturbaré alguna noche pensando en eso, así por lo menos te recordaré de vez en cuando.
...pero le digo esto:
-Tú eres una chica súper especial, el problema soy yo, no tú. Soy muy inmaduro, tú no tienes ningún defecto, pero podemos seguir siendo amigos.
Ella me mira: impávida.
-¿Me lo estás diciendo de verdad?
-...Sí.
-Eres un cabrón, me has hecho abandonar Inglaterra, pelearme con mi padre y ahora me dices que no me quieres, y anoche me lo dijiste...
(la interrumpo: no quiero que la conversación siga por ese camino: tiene razón)
-Te puedes quedar aquí, en mi apartamento –le digo- el tiempo que quieras, te seguiré manteniendo hasta que decidas qué hacer: no te voy a dejar en la calle. O, si quieres, puedes volverte a Inglaterra: yo te doy el dinero para el pasaje de avión ahora mismo: tú padre te dio un plazo, aun no se ha cumplido.
Me lanza una mirada de odio: chasquea su lengua, se da la vuelta, me ignora, no entiendo esta reacción, no es que esperara que se echara a llorar desconsolada pero como mínimo creí que se quedaría mirándome de frente más tiempo, preguntándome/se algo, quizá rogando, cuestionando sus fallos, insultándome un poco más al menos... yo deseaba que me rogara, había fantaseado que me suplicara incluso, he mentido líneas arriba: mi ego quería que llorara a raudales, que me dijera que por favor no la dejara: que yo era el hombre de su vida, pero no ha hecho nada de eso, así que aprovecho para concretar un poco:
-Mira, tienes dos meses para buscarte un trabajo o volverte a tu país. Sólo te mantendré durante dos meses más: es tiempo de sobra para que encuentres un trabajo o decidas regresar a Inglaterra.
-No voy a volver a mi país.ea que s
-¿Por qué? (una gran parte de mi dese vuelva a su país: no la quiero, es cierto, pero si se queda en la isla, en la zona turística, tarde o temprano la veré con otro chico, enrrollándose: y yo no quiero verlo: quiero pensar que se ha quedado traumatizada de por vida pensando en mi: enamorada de mi: mirando mis fotos y llorando: diciéndole a las amigas que nunca encontrará a otro chico como yo: después de Sigmundo no se puede estar con nadie más: quiero que tenga que ir a un psiquiatra para que le receten antidepresivos: marcarle profundamente).
Pero eso no fué asi... la chica se largo sin más ...

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